domingo, 6 de agosto de 2017

UN MAR DE HISTORIAS

¿QUÉ IMPORTA LA VIDA?

USAIM (Cachorro de león)
—¡No sé nadar! Tampoco andar, ni hablar. Sólo soy un bebé, un pequeño cuerpo adherido al pecho de mi madre; en simbiosis. Ella me alimenta la vida con un amor que me adormece en una paz inexistente. Yo le infundo coraje suficiente para que no se le escape la esperanza.

NAHLA (Gota de agua)
—Me juego la vida; mi joven, frágil y castigada vida. La que me tocó. ¡Por Alá! Él me la dio para ser instrumento de su mandato según dicen los hombres de mi pequeño pueblo, Bayn Alsahari (Entre desiertos). Los mismos que me enseñaron qué Alá es bueno, bondadoso, misericordioso… ¡Alá es grande! Ellos mismos me deshonraron, por Alá.
Y mi buen padre, hacedor de una familia humilde, honesta y luchadora. Se propuso que escapara de allí, ¡tierra inhóspita y cruel! Por su nieto. Su primer nieto.

NASIR (Protector)
—Usaim, mi primer nieto. ¿Qué va a ser de él, sin un padre que le guie por la vida, si se queda en este desierto seco de futuro? No. Tiene que huir, cruzar el mar. Doy  mi vida por la suya.
Cuento con Alim Fedi, mi hermano. Se lo llevaron los misioneros a Tetuán cuando todavía era un niño.

ALIM FEDI
—Mi débil cuerpo era una carga para mi familia. Los misioneros se ofrecieron a alimentarme y darme una educación. Estudié en el Colegio Español de Tetuán. Después me mandaron al seminario de Valencia con la intención de que besara la fe católica.
No echaba nada de menos mi tierra pero fue muy duro crecer sin familia. Tejí una fina cuerda que me unía a ella a través de la oración y de mis cartas que nunca obtuvieron una respuesta, hasta hoy. Necesitaba ese pequeño enlace para sentirme yo, Alim Fedi, no Fede como me llama todo el mundo aquí.

NASIR
'Akhi alhabib (Querido hermano):
Necesito tu ayuda después de tantos años sin hablarte. He leído todas tus cartas y las guardo como preciado tesoro. Tú sabes bien lo difícil que me resulta escribir. Esta carta la está escribiendo mi hija Nahla.
Te necesito; ella y su hijo Usim tienen que salir de Bayn Alsahari, marcharse lejos. Su vida aquí será crueldad y sufrimiento. Nahla todavía es una niña. Buena niña, mi niña. Ayúdame.
¡Alá es grande!
Nasir

NAHLA
—Por mi pequeño; sin más padre que Alá. Cruzar el mar. Ese mar repleto de gotas de agua; incontables, infinitas. Todas juntas forman un desierto oscuro, profundo, inseguro y peligroso… pero es la única esperanza de vida que nos queda.
¿Qué va a ser de ‘Umi (mamá) sin mí? Siento su llanto silencioso hundido en su mirada. Su dolor se derrama en sus entrañas. Camufla su tristeza con falsa alegría y me obliga, como ella dice, “Es una aventura, hija”. Sabe que me pierde para siempre. Mi querida ‘Umi.

USAIM
—Me siento seguro en el regazo de ‘Umi. Aunque todo su cuerpo tiemble, esté rígido como una piedra y un persistente escalofrío le encoja el alma.
Llueve, truena. Olas gigantes protestan ante una gran tempestad. Sacuden con fuerza la insignificante patera; se hunde. Somos agua. Somos mar. Su abrazo nos mantiene a flote. Nos rescatan.

ALIM FEDI
'Akhi alhabib (Querido hermano):
Nahla y Usaim están a salvo, están conmigo.
¡Alá es grande!
Alim Fedi







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